lunes, 8 de septiembre de 2014

Día del niño: Permita el desorden y los regueros; juegue con ellos

El juego infantil es una necesidad básica para un buen desarrollo de la inteligencia y salud integral en los niños, el desorden y los regueros forman parte de este aprendizaje.

Especialistas en salud y desarrollo de la CCSS, recomiendan aprovechar la celebración del día del niño para fortalecer las oportunidades para  el juego de los infantes, con el fin de que enriquezcan su experiencia de manera lúdica y desarrollen su inteligencia y creatividad.

El juego es también el termómetro que mide su salud porque todos los estudios indican que un niño que juega está sano física, mental y emocionalmente; por lo tanto, el juego es una necesidad básica de los menores.

Mediante el juego real, no virtual, los niños comprenden cómo es el mundo, se integran y aprenden a relacionarse con él. Al jugar ellos desarrollan sus aptitudes físicas, su inteligencia emocional, su creatividad, su imaginación, su capacidad intelectual, sus habilidades sociales y, al tiempo que desarrollan todo eso, disfrutan y se entretienen. 

El juego es la acción por excelencia que permite potenciar el conocimiento en los niños y dejarlos florecer en todas sus capacidades. Por eso, el mensaje de los expertos con motivo de la celebración es crear espacios y oportunidades de experimentación donde puedan jugar, ensayar y practicar sus amenidades.

Es importante que los niños aprendan a recoger y ordenar los juguetes una vez que hayan terminado las actividades. También que deben cuidarse a sí mismos y apreciar la higiene, pero todo eso debe ser gradual, sin impedir que, en el proceso, ellos tengan momentos de regueros y desarreglo.  

Por ejemplo, los juegos que proponen hacer mezclas, como cocinar, pintar y esculpir, o los que proponen dinámicas de movimiento pueden generar regueros y desorden y conllevan el ensuciarse las manos y la ropa, pero eso es parte de la experimentación de la actividad y no debería enojar a los adultos, por el contrario, alegrarse de integrarse a los juegos como iguales pero vigilantes de su seguridad.

En especial, los adultos deben comprender que esas circunstancias les permiten comprobar por sí mismos los diversos cambios que ocurren a su alrededor.

Los niños, producto de su deseo de aprender, quieren explicaciones acerca de como se forman las nubes, las estrellas, los ríos, el mar o como nacen las plantas. Juegan a hacer preguntas, a resolver acertijos, a crear aventuras y mapas, a crear historias, sus escenarios, personajes, etc. Y todo eso demanda que los adultos estén atentos a ayudarles en el proceso de conocimiento. 

La celebración del día del niño no debería enfocarse solo en adquirir costosos regalos sino en compartir tiempo para jugar juntos, por ejemplo, lotería, memoria, bingo, adivinanzas, quedó, escondido, rondas y todos los juegos tradicionales que ayudan a desarrollar el cuerpo y fortalecer la salud con desafíos y personas modelo interesantes.